…como lo sabemos, la integración no se lleva a cabo con el concurso de naciones libres y armoniosas que expresan deseos de hermandad y unión. Por muchos factores ya conocidos, es una especie de jungla donde se atan y desatan los más sórdidos arreglos entre unos y otros países.
El anunciado “anillo energético” sudamericano, promovido por Chile, Argentina y Brasil en la última reunión de MERCOSUR, es una estrategia alterna de abastecimiento de gas natural ante los conflictos sociopolíticos en Bolivia y su inestabilidad en el suministro de gas a la región. Después de exportar gas a la Argentina por 20 años (1972-1992), Bolivia reinició el suministro de gas natural a esta nación a partir de los arreglos de octubre de 2004 por el entonces presidente Mesa. Bolivia se comprometió a exportar 700 millones de pies cúbicos por día por 20 años empezando en 2007, a través de un gasoducto a construirse en el noreste Argentino. Este acuerdo está pendiente a la aplicación de la nueva Ley de Hidrocarburos en Bolivia y, por ende, a la estabilidad institucional boliviana. La Argentina, otrora exportadora de gas, hoy atraviesa por una crisis energética. Chile, país poco dotado de hidrocarburos, depende de importaciones de gas desde la Argentina, hoy comprometidas ante la crisis energética de su vecino país. Brasil es el mercado de exportación más importante para Bolivia. En el presente existe un contrato de 20 años entre Petrobras y YPFB cuya capacidad Bolivia puede cumplir y rebasar. Brasil ha sido lento en absorber los volúmenes acordados por lo que el ex-presidente Mesa rebajó los precios de unidad a fin de permitir a Petrobras poder cumplir con los incrementos requeridos en el nivel de consumo. El gobierno brasileño espera duplicar su volumen de importación de gas boliviano para 2010, sobretodo cuando se concluya la red interna de gasoductos en ese país. Por otra parte, a partir de los conflictos bolivianos de medianos de 2005, se evidenció la posibilidad de un corte de gas colosal, que puso a riesgo el suministro de energía a la metrópolis de Sao Paulo. De acuerdo a Oil & Gas Journal (OGJ, 13/6/2005, una importante publicación del rubro) el Ministerio de Energía brasileño a iniciado un programa de reducción de la dependencia del gas boliviano. Brasil importa 24 millones de m3 de gas al día en un contrato válido hasta 2019, siendo este monto alrededor del 50 % del consumo de gas en el Brasil, con un 75% dedicado a Sao Paulo. Sin embargo, expertos estiman que Brasil será cada vez más dependiente del gas boliviano a menos que cambie el ritmo de su industrialización, corte el uso de gas como combustible en sus refinerías, cierre 10 platas termoeléctricas que generan 4.2% de la electricidad en Brasil, corte la venta de gas como combustible para el transporte, e importe gas a mayor costo de otras regiones, además de desarrollar las propias.
En Bolivia, el anuncio del “anillo energético” se convirtió rápidamente en una especie de “embrollo frenético” de desconfianza y conflicto en la prensa, en la cancillería y en Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB.) Esta alarma fue aplacada por expertos nacionales e internacionales que negaron la posibilidad de que Bolivia deje de ser el potencial “eje energético” en cualquier plan de integración sudamericana a corto o mediano plazo. Días después, podemos colegir que las autoridades bolivianas y ciertos órganos de prensa nacional o son ignorantes en la materia, o simplemente hablan por otros intereses que los patrios al tratar de asustar a la población con cuentos saturninos. Muchos confunden o manipulan los datos estadísticos de la industria petrolífera para establecer puntos de vista conflictivos. La mayoría nacional lee impertérrita e indocta las complejidades técnicas, confiando en aquellos analistas que más o menos expresan opiniones políticas afines. La verdad es que aquellos que ven la nacionalización del gas como el único camino de salida, justificados por largos años de fraude y decepción, se ven impelidos a argüir el tema político; mientras que los simpatizantes del mercado internacional se conforman con que los hidrocarburos sean un tema estrictamente económico-comercial, basándose en los triunfos del comercio internacional. Es el viejo argumento entre el pro-capitalista que usa lentes económicos y el socialista de visión exclusivamente política. Pero no es conveniente atascarnos en la izquierda o la derecha del asunto, sino ver hacia adelante donde está el pueblo y el futuro nacional de Bolivia.
Por sobre el esquema numérico contable, tenemos la observación física de los recursos naturales. Por ejemplo, en los EEUU se estudia minuciosamente la geología de los recursos terráqueos sin excepción, para luego llegar a conclusiones comerciales o económicas adecuadas. El U.S. Geological Survey (USGS), es una agencia del gobierno estadounidense que, en el caso de los recursos energéticos mundiales, cuenta con 40 eminentes científicos dirigiendo la constante observación espacial, superficial y subterránea del planeta para luego publicar reportes científicos mundiales detallados– sin incluir a los EEUU. La ciencia en este caso es tan exacta que incluso enemigos políticos de los EEUU, como ser Irán y su Compañía Nacional de Gas Iraní se valen de estas y otras investigaciones para planificar su política energética, incluso con datos inconclusamente obtenidos. El sumario es claro en cuanto a las cantidades de petróleo convencional, gas, y líquidos de gas natural añadidas a las reservas mundiales en los próximos 20 años. Sin confundir con números, se puede observar que las reservas son enormes y se encuentran diseminadas por todos los continentes, con la existencia de focos de abundancia y focos de carencia igualmente distribuidos. Los grandes centros industriales del mundo desarrollado, principalmente EEUU, Europa, Japón y China, han acabado con sus reservas, o están en proceso de extinguirlas, o no les ha sido suficiente nunca. Por otro lado, el apetito de estas mismas naciones es voraz, con la capacidad de acabar con las reservas de gas proyectadas del planeta en unos 60 años. Tan solo EEUU puede finiquitar las reservas peruanas en 4 años (el supuesto motor del "anillo energético" del sur.) Muchas áreas del mundo tienen larga historia de comercio energético a través de diferentes métodos y redes. Se ha logrado establecer mercados y sistemas de precio confiables, sobretodo cuando el comercio del gas es geográficamente paralelo al petróleo, como es el suministro de hidrocarburos al Japón desde Oriente Medio. No obstante, nuevas redes de distribución se empiezan a formar por la transformación del uso del gas en lugar del petróleo para responder las necesidades energéticas y ambientales del futuro. La inversión de $100,000 millones de dólares por los EEUU para financiar el “siglo del gas” es, irónicamente, un incentivo para crear una OPEP del gas, nuevamente encabezada por los países árabes, además de Rusia y otros frentes consolidados como ser el del cono sur, donde Bolivia jugaría un papel primordial. Además, este tipo de organización garantizaría precios más altos a las exportaciones extra-continentales. Los volúmenes globales esperados de “recursos por descubrirse” y las “adiciones a reservas existentes” pueden responder a las necesidades cuantitativas mundiales de energía por lo menos por 100 años si se administran con eficiencia.
Una de las ventajas del gas es que se encuentra equitativamente distribuido en áreas continentales. Sudamérica cuenta con las reservas de Venezuela en el norte, Perú y Bolivia en el centro y Argentina en el sur. Estas naciones afortunadas podrían tranquilamente abastecer las necesidades energéticas de las demás naciones del cono sur. Sin embargo, como lo sabemos, la integración no se lleva a cabo con el concurso de naciones libres y armoniosas que expresan deseos de hermandad y unión. Por muchos factores ya conocidos, es una especie de jungla donde se atan y desatan los más sórdidos arreglos entre unos y otros países. El futuro nos depara incertidumbres, sobretodo en los mercados de consumo. La subida en la demanda argentina puede ser pasajera. Por otra parte, el Brasil puede frenar su demanda de gas boliviano, disminuirla, o desarrollar sus propios recursos energéticos. La estabilización de los mercados del gas a nivel mundial y la creación de carteles podrían elevar los precios exorbitantemente. El proceso de “re-nacionalización” boliviano de unidades petroleras como Andina, Chaco, y la unidad de transporte de gas y petróleo Transredes, empieza a tener resonancia internacional. En esta fase histórica, el estado boliviano pasa a ser dueño de toda la producción de hidrocarburos a boca de poso; mientras que la exploración, producción, transporte y comercio pueden ser solamente hechos por instituciones del gobierno u otros medios que garanticen la máxima transparencia y beneficio. Regalías, impuestos y las acciones del gobierno en la producción de hidrocarburos incrementará a 50 % del valor de los hidrocarburos. El gobierno, a través, de YPFB regulará y firmará todos los contratos referentes a los hidrocarburos.
El último reporte del Departamento de Energía de los EEUU implica, sin titubeos, que Bolivia se constituye como el lógico “hub” o eje central energético del cono sur. Para no discursar explicaciones rengas, bástenos el saber que nuestro dilema como nación, desde el punto de vista energético, es la ubicación geopolítica acompañada de tres cartas de juego: las extensas reservas de gas natural que hacen de Bolivia un país autosuficiente en energía y que nos dan la ventaja del tiempo, sobretodo con la posibilidad de precios más altos en el futuro próximo; la capacidad de diversificar las exportaciones como ser electricidad, servicios de telecomunicación, uso de vías de transporte continental, productos agrícolas, minerales, etc. ; y por último, y complementariamente, su estratégica ubicación en el corazón del cono sur americano.
Jaime Otero-Zuazo
http://web.supernet.com.bo/execlub/newsletter/jun28.htm
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PORQUE NACIONALIZAR EL GAS? ASI SEREMOS LOS BENEFICIADOS EN EXPORTAR GAS DESDE AQUI A BRASIL, ARGENTINA, PARAGUAY ETC Y SEREMOS DISTRIBUIDORES, ASIMISMO TODOS LOS BOLIVIANOS USAREMOS EL GAS QUE ES MENOS CONTAMINANTE Y BARATO…VIVA LA NACIONALILZACION
En el Gobierno de Rodríguez, solo falta Goni Eduardo Rodríguez acaba de nombrar a Juan Brun Guzmán (MNR) como Viceministro de Política Tributaria. En 2003, Juan Brun había sido nombrado por Gonzalo Sánchez de Lozada al cargo de Director interino de la Aduana Nacional. Cargos claves del Gobierno de Eduardo Rodríguez Presidente Eduardo Rodríguez: ex-Subcontralor de Servicios Legales al servicio de Antonio Sánchez de Lozada (Contralor de la República de 1982 a 1992) y de Marcelo Zalles (primo hermano de la esposa de Antonio Sánchez de Lozada, Contralor de la República de 1992 a 2002) Ministro de Hidrocarburos Jaime Dunn: ex-Presidente de la transnacional petrolera Gaspetro S.A., una subsidiaria privada de Petrobras; Jaime Dunn llegó a ser Presidente interino de YPFB y a aprobar contratos de riesgo compartido, así como la liquidación de nuestras dos grandes refinerías a favor de Petrobras Ministro de Gobierno Gustavo Ávila Bustamante: Gerente Financiero de la empresa privada Bagó, una transnacional cuyo Presidente, Sebastián Bagó, es Vicepresidente de dos organizaciones argentinas, Fundación Invertir y Asociación Empresaria Argentina, cuyos miembros más influyentes incluyen a ejecutivos de Repsol, Techint, Petrobras, Citibank y otras transnacionales interesadas en nuestro gas Carlos D\’Arlach: Presidente de YPFB y ex-Vicepresidente de la petrolera estadounidense Occidental Petroleum (trabajó para esta transnacional durante 23 años) Canciller de la República Armando Loaiza: ex-Cónsul en Chile, ex-Embajador en el Vaticano y ex-Embajador en Uruguay. En los tres casos, fue nombrado por Gonzalo Sánchez de Lozada Vicepresidente de YPFB José Kreidler: Gerente de SERPETBOL, empresa petrolera cuyos principales clientes son Repsol y Petrobras Ministro de Desarrollo Económico Carlos Díaz: ex-Rector de la UPSA/CAINCO y Gerente Financiero de una subsidiaria de la transnacional petrolera estadounidense Helmerich & Payne International Drilling Co. Ministro de Haciendo Carlos Jemio: Gobernador del Banco Interamericano de Desarrollo, una entidad multimateral muy interesada en financiar el proyecto de "Anillo energético" que permitiría a transnacionales, como Repsol y Petrobras, integrar sus operaciones regionales, eliminando las últimas trabas estatales en el aprovechamiento de sus reservas gasíferas acumuladas en Bolivia, Camisea (Perú), Néuquen y Salta (Argentina). Este equipo, supuestamente "de transición", está a punto de aprobar la exportación masiva de gas a Argentina y nuevos contratos petroleros.
Nacionalización de los hidrocarburos Víctor H. Sáinz (reenvío de El Diario) (23/06/2005 04:47) Es de conocimiento público que cuando se privatizó YPFB, todos sus ejecutivos, incluyendo Jaime Dunn, pasaron a ser empleados de las trasnacionales a las cuales entregaron información técnica de los descubrimientos hidrocarburíferos de YPFB. Todo parece indicar que el sacrificio del pueblo boliviano cayó otra vez en saco roto. El nuevo Ministro de Hidrocarburos, Jaime Dunn, uno de los peones en la entrega de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) a la voracidad económica de las transnacionales, en declaraciones a EL DIARIO, sobre la nacionalización de los hidrocarburos, dice: "El primer paso es evaluar si Bolivia tiene la capacidad financiera y técnica para que por sí misma entre al negocio". Es difícil entender las excusas que da Jaime Dunn cuando él sabe de primera mano que YPFB tenía la capacidad técnica y económica antes de su privatización. El trabajó como ejecutivo de la empresa boliviana que exploraba, perforaba, producía, refinaba, transportaba y comercializaba combustibles líquidos y gas natural, él sabe que YPFB descubrió el campo San Alberto y otros, CLARO que YPFB tiene la capacidad técnica de "entrar al negocio". Es de conocimiento público que cuando se privatizó YPFB, todos sus ejecutivos, incluyendo Jaime Dunn, pasaron a ser empleados de las trasnacionales a las cuales entregaron información técnica de los descubrimientos hidrocarburíferos de YPFB. Ahora resulta que la nacionalización "es un tema que tiene una serie de connotaciones" y "para dar una opinión certera es necesario un análisis equilibrado". Esta es una prueba clara de que las transnacionales aprobaron la sucesión constitucional y ya tenían nombrado a SU Ministro de Hidrocarburos. Hay que aclarar que Bolivia puede nacionalizar lo que privatizó. Privatizó: – Las operaciones de exploración y explotación de YPFB, por lo que recibió un pago de 843 millones de dólares de Chaco y Andina. NO VENDIO el territorio nacional. – Las redes de transportes, gas y petróleo, por lo que Transredes pagó 120 millones de dólares, – Privatizó las refinerías, por lo que PETROBRAS pagó otros 120 millones de dólares. El total de la privatización de YPFB alcanza a 1.083 millones de dólares, no los 3.000 u 8.000 millones de dólares que se maneja en la prensa. Chaco y Andina NO PAGARON por las reservas probadas y certificadas. Gonzalo Sánchez de Lozada, haciendo abuso de poder, regaló estas reservas que en 1996 tenían un valor de más de 12 billones de dólares (165 millones de barriles de petróleo a un precio promedio de 30 dólares por barril = 5.45 billones de dólares más 5.3 trillones de pies cúbicos a precio promedio de 1.25 dólares por 1.000 pies cúbicos = 6.625 billones de dólares. Total = 12.07 billones de dólares). Es inaudito que Jaime Dunn no haga mención de este robo. Una nacionalización de lo que se entregó a Chaco y Andina no puede dejar de lado 12 billones de dólares que valían las reservas en el momento de firmar los contratos. Jaime Dunn trabajaba para YPFB cuando fueron vendidas las refinerías a PETROBAS por 120 millones de dólares, empresa que ahora dice que valen 240 millones de dólares. La apreciación sobre ambas refinerías sólo sería posible si fueron mejoradas, de otra manera sólo se deprecian, con excepción del terreno, todo es equipo que se hace viejo u obsoleto. Una auditoría técnica determinará inequívocamente qué mejoras fueron hechas para que su valor se haya duplicado. Jaime Dunn trabajaba para YPFB cuando fueron privatizadas las redes de transporte, que la quebrada ENRON no pagó -120 millones de dólares. Y el gobierno de Mesa, con una demostración humillante no reclamó en la corte estadounidense, donde se ventila el juicio de bancarrota de ENRON. Estos 120 millones de dólares tienen que ser pagados por Transredes, la nacional que representa ENRON en Bolivia, o por Sánchez de Lozada y su canciller Antonio Araníbar. Bolivia no necesita ir a ninguna corte internacional para anular los contratos de privatización de YPFB, especialmente en los que se refiere a la entrega de las reservas. Reservas que han sido vendidas por Chaco y Andina a los propios bolivianos con precios del mercado estadounidense –70 dólares por barril. El presidente Eduardo Rodríguez, como abogado, sabe que estos contratos son nulos porque Chaco y Andina tomaron ventaja del pueblo de Bolivia en complicidad con un ex Presidente corrupto. Las concesiones de exploración, explotación y comercialización a otras transnacionales petroleras no requieren algún tipo de nacionalización. Sólo es necesaria una revisión de los Contratos de Riesgo Compartido (CRC), que de riesgo nada tienen. YPFB ya había descubierto el gas "nuevo" que las transnacionales se atribuyen desde 1996. Una nueva negociación de los contratos no necesariamente implica que las empresas se vayan de Bolivia. Sólo implica que las condiciones de operaciones en Bolivia serían diferentes. Los CRC no garantizan algún tipo de taza de ganancias. Las transnacionales han reportado tazas de ganancias del 1,7%. Claro que eso no es cierto, es una artimaña contable para no pagar impuestos sobre utilidades. Si se negocia nuevos contratos Bolivia entra al negocio como dueño y les garantiza una taza de ganancias mayor al 1,7%, todas las transnacionales estarían "muertas de alegría". Para negociar nuevas condiciones tampoco es necesario "pagar" las supuestas inversiones efectuadas por las transnacionales. Se les puede garantizar que bajo el control del Estado recuperarían sus inversiones en un determinado número de años, pero no en 40 años de explotación sin control contable o físico. Estimo que las transnacionales recuperan sus inversiones en los primeros 10 años de operaciones, y los 30 restantes son de ganancia líquida. Así, una vez que las transnacionales recuperen sus inversiones, el 100% de las ganancias pasará a manos del Estado y pagará los servicios a las petroleras bajo condiciones que beneficien a Bolivia, y que, claro, garantice una ganancia razonable a los inversionistas extranjeros o nacionales en este negocio. Si los empleados del Estado trabajaran para proteger los intereses del país no gritarían "lobo, lobo", como lo hacen para amedrentar a la población. Pero como son servidores de las transnacionales cualquier medida que beneficie al Estado es un tema "con una serie de connotaciones y requiere un análisis equilibrado".
En circunstancias de jurar a la primera magistratura del país, el presidente Eduardo Rodríguez Veltzé aprovechó el discurso de posesión para expresar el criterio que tiene sobre los hidrocarburos, respecto a la exigencia de ratificar -o no- su propiedad. La opinión jurídica vertida por el Primer Mandatario sobre el tema en la ciudad de Sucre; la primera que realiza en esta calidad y como Presidente saliente de la Corte Suprema de Justicia, reviste gran importancia dada su connotación política. El controvertido tema de la nacionalización de los hidrocarburos, es tal vez el que más inconvenientes a corto plazo acarreará al novísimo presidente. Desde ya recordemos, que como demanda insatisfecha fue la que selló la caída de su antecesor y posibilitó su arribo al poder mediante sucesión constitucional. El que el presidente Rodríguez decidiera fijar a inicios de su gestión, una posición con relación al derecho propietario de los hidrocarburos desde un contexto estrictamente constitucional, refleja una actitud política subordinada a la norma, que seguramente aplicará durante su gobierno. En su discurso, el Primer Mandatario, dijo: “Y también seamos capaces de abordar el tema de los hidrocarburos, de su efectiva pertenencia a la República de Bolivia. La Constitución dice que los hidrocarburos son del dominio originario del estado, nada ha cambiado, lo que ha cambiado, es la forma de administrarlos”. Con lo aseverado, el presidente Rodríguez mostró con meridiana claridad que en este delicado asunto necesariamente hay que considerar ciertos aspectos de fondo y de forma, los que hay que saber apreciar, para evitar interpretaciones equivocadas. La Constitución Política señala que los yacimientos de hidrocarburos son de propiedad del Estado y ello no debe admitir discusión alguna. En cuanto a la exploración y explotación, es decir a la forma de administrarlos y otros asuntos inherentes, es de responsabilidad directa del Congreso de la República el definirlos mediante el debate congresal. La declaración de que “nada ha cambiado”, constituye una consideración jurídica que responde a las confusas y hasta dañinas interpretaciones que, sobre la nacionalización de los hidrocarburos, intencionalmente han venido esgrimiendo dirigentes políticos y sindicales para movilizar la masa civil, con propósitos partidarios. De allí que la opinión legal expresada en esta oportunidad por el Presidente, diseña el marco en el que necesariamente se deberán mover la fichas del ajedrez político en este tema. Sabemos sin embargo, que pese a lo dicho por el Primer Mandatario sobre la propiedad de los hidrocarburos, las presiones sociales alimentadas con recursos económicos oscuros, continuarán usando el justificativo de la nacionalización, por lo demás, utilizado por algunos dirigentes disfrazados de demócratas, con el único fin de imponer en Bolivia un régimen totalitario, de corte racial. La elección de un nuevo Presidente por sucesión constitucional ha dado un respiro al país y ha levantado expectativas sobre la posibilidad de recuperar el deteriorado principio de autoridad, imprescindible para restablecer el orden y la paz social entre los bolivianos. Aunque sabemos, que ante la anarquía heredada de su antecesor, la tarea no será fácil para esta nueva autoridad.
La idea del Anillo Energético, promovida por Chile, a la que se han adscrito Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay, ha despertado una inusitada alarma e inquietud entre los partidarios de la exportación del gas y los defensores de intereses transnacionales y dicen que Bolivia no debe quedar al margen de este proyecto, como si se nos escapara la tabla de salvación. Nada de eso. Esta posición entreguista y derrotista no debe cundir en el país, menos en las esferas de gobierno que más bien deben sostenerse al margen de aquella iniciativa que no debe preocuparnos. Sin duda es imaginativa la propuesta de los chilenos que tienen ese mérito, buscar salidas a sus problemas, contrariamente a lo que sucede en Bolivia, donde parece que no pensáramos y que solamente estamos prestos a asirnos a lo que otros planean. Pero el imaginativo plan carece de sustento, porque no tiene lo primordial: el gas. El Perú no está muy decidido a participar en el negocio ya que sus reservas no serán suficientes para atender el mentado proyecto, su demanda interna y sus compromisos con México, aparte de que no puede tener muy buenas ganas para complacer al vecino, por razones de seguridad; pues como dice a este respecto el intelectual peruano don Elio Galessio: "Chile vuelve sus ojos al Perú y olvidando todo el inmenso mal que le causara en 1879 cuando lo atacó a mansalva destruyendo la economía peruana y tomando extensos y ricos jirones del territorio peruano, arrebatándole la provincia de Tarapacá y dejándolo en ruinas. Tal acto es considerado en Chile como ‘heroica gesta nacional’ y recordado con escrupulosa exactitud cada año… No tiene sentido entregar combustible a este país para que con nuestro gas nos venda electricidad… Podemos y debemos utilizar nuestro gas para producir localmente la energía. En todo caso ellos pueden comprárnosla". En este asunto deben surgir entre los bolivianos ideas también imaginativas para contrarrestar ese intento de bloqueo. Si sólo abasteciéramos de gas a todo nuestro ámbito geográfico y, de una vez, emprendiéramos su industrialización, estaríamos a salvo de toda pretensión de preterirnos, y ganaríamos más dinero que regalándolo a los vecinos. El mal está en haber capitalizado nuestros hidrocarburos con empresas que tienen intereses y filiales en los países limítrofes, lo que nunca debió suceder, por elementales nociones de estrategia y seguridad nacional, cuestiones que en ningún momento han tenido en cuenta nuestros gobernantes, ni antes ni ahora. Por eso nos parece desatinada la declaración de nuestro novel Canciller que sostuvo "que efectuarán un análisis técnico para ver las posibilidades de que el país se integre en dicho anillo", lo que no debe ser. Bolivia tiene el recurso y si se queda bajo tierra no debe desesperarnos. Finalmente los ingresos del gas se los puede suplir de momento con mucha ventaja con otras actividades como la turística, de gran potencial, que sólo necesita ser impulsada con decisión. Si tenemos el recurso debemos ser los que decidamos qué vamos a hacer con él, según nuestras conveniencias. ¿Cuándo vamos a dejar de ser claudicantes? Nuestros técnicos deben dejar de ser timoratos y proyectar soluciones con osada determinación para no seguir dependientes. Ser imaginativamente creativos debe ser la fórmula del momento, en vez de lamentarnos por lo que hagan otros. La idea chilena del anillo energético –con el que quiere zafarse de su deuda con nosotros por aquello de gas por mar, que también es un absurdo- ha sido lanzada para que los chilenófilos presionen para la venta de gas a ese país. Estos de toda forma quieren influir en el público con la fórmula de que si no se hace esto o aquello, Bolivia perderá la única opción que queda. Y tenemos que estar seguros de que no es así. Nuestro gas debemos utilizarlo internamente a través de una red que se extienda de norte a sur y de este a oeste, no es concebible que un país productor continúe con la garrafa, ¿hasta cuándo? ¿Por qué en lugar de exportar petróleo y gas para comprarles diésel y elementos industrializados, no fabricamos ese diésel, metano y tantos otros productos? Si en lugar de tanta cháchara política de los últimos diez años hubiésemos sido más constructivos, aquellas plantas estarían en funcionamiento. ¿Nos están faltando agallas?
De la defensa heroica que hagamos hoy de nuestros recursos naturales, dependerá el futuro brillante de una Bolivia digna, soberana y respetada. Anillo energético, otra maniobra de transnacionales Alfredo Arnez Pérez Como una clara muestra de que algunos países, que dicen ser amigos nuestros, están tratando de enclaustrar el gas boliviano, se viene planificando desaprensivamente un llamado Anillo Energético. Es una nueva maniobra de las empresas petroleras que pretenden influir y presionar para que Bolivia les siga obsequiando recursos naturales a cambio de nada y manteniendo la asfixiante pobreza de un pueblo que en forma premanente se levanta para reclamar por lo menos una razonable repartición de las inmensas utilidades que genera el gas en este tiempo. El supuesto y oscuro Anillo Energético sin la participación de Bolivia tiene como objetivo claro aislar a nuestro país por aspirar a una Nacionalización de sus Hidrocarburos. Lo lamentable es que en esta nueva supuesta unión de algunos países figura Perú, que en forma solapada y permanente apareció como defensor de nuestras aspiraciones. Está también Argentina, que sigue aprovechando el regalo que le dio el ex presidente Carlos Mesa, cuando sin consultar al Parlamento y menos al pueblo boliviano, puso el ridículo precio "solidario" de 0.90 ctvs. de dólares por nuestro gas. También es importante referirnos al presidente de venezolano Hugo Chávez, un vendedor de ilusiones y falsos discursos, que ahora aparece dirigiendo el Anillo Energético para originar un separatismo y enclaustramiento gasífero de nuestra Patria. No olvidemos que este mismo militar apoyó últimamente en forma incondicional al candidato chileno José Miguel Insulza para que llegue a la Secretaría General de la OEA. Entonces una vez más los bolivianos comprobamos que en la hora de la verdad no contamos con los supuestos amigos y que más bien debemos cuidarnos porque todos ellos en forma clara quieren apropiarse especialmente de nuestro gas. Sin embargo no debemos dejarnos impresionar por algún "Anillo" o "Arete" producto de la mala fe de las empresas petroleras que se acostumbraron a apropiarse de nuestras riquezas sin dejar provecho a esta Patria sojuzgada por el abuso de enemigos extranjeros y de algunos bolivianos traidores, especialmente políticos y empresarios y aquellos ejecutivos que, después de haber cumplido funciones en YPFB y el Ministerio de Hidrocarburos, ahora se han convertido en servidores de las empresas transnacionales, lo que es una muestra de carencia de ética profesional. Podrán crear nuestros detractores muchos anillos, pero eso no debe significar que cedamos ante las imposiciones. Hoy más que nunca los bolivianos debemos unirnos para hacer respetar nuestras determinaciones sin amenazas, sin presiones, y asumiendo la defensa ante cualquier juicio que inicien las empresas petroleras contra el país. Hagamos honor a los Beneméritos del Chaco, quienes ofrendaron sus vidas en defensa de nuestros recursos naturales. Luchemos con honor y amor a la Patria para que en forma definitiva nunca más se permita el saqueo inaudito de nuestras riquezas. De la defensa heroica que hagamos hoy de nuestros recursos naturales, dependerá el futuro brillante de una Bolivia digna, soberana y respetada.